CARTA A LOS HEBREOS
Su objetivo es comunicar en qué consiste el sacerdocio de Cristo. animando y fortaleciendo a los cristianos en su peregrinar hacia Dios. Aún en medio de la persecución. El autor muestra la muerte de Jesús en la cruz como el sacrificio por excelencia de validez eterna para unir de manera perfecta a la humanidad con su creador.
Los siguientes capítulos de la Carta A Los Hebreos, son los que utilizaremos en los talleres de oración, para meditar sobre Dios y el peregrinar cristiano. En la Lectio Divina, los consultaremos como texto referentes al Evangelio, según el año litúrgico. También será base de análisis o estudio en las reuniones de grupo y material para las catequesis. Preparemonos para escudriñar el mundo de las Escrituras Sagradas.
Hebreos Capítulo 11
El valor de la fe.
1 La fe es garantía de lo que se espera y prueba de lo que no se ve.
2 Por ella fueron alabados nuestros mayores.
3 Por la fe, sabemos que el universo, tanto lo visible como lo invisible, fue formado por la palabra de Dios.
La fe de los antiguos patriarcas.
4 Por la fe, ofreció Abel a Dios un sacrificio mejor que el de Caín. Por ella fue declarado justo y aprobó Dios sus ofrendas. Y por ella, aunque muerto, sigue hablando.
5 Por la fe, Henoc fue arrebatado en vida y no experimentó la muerte; y nadie pudo hallarlo, porque lo arrebató Dios. Pero aún antes de su traslado, recibió el testimonio de haber agradado a Dios.
6 Ahora bien, sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan.
7 Por la fe, Noé, advertido de lo que aún no se veía, construyó con religioso temor un arca para salvar a su familia; por la fe, condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia según la fe.
La fe de Abraham.
8 Por la fe, Abrahán, al ser llamado por Dios, obedeció y salió para el lugar que había de recibir en herencia. Además, salió sin saber a dónde iba.
9 Por la fe, peregrinó hacia la Tierra prometida como extranjero, habitando en tiendas, lo mismo que Isaac y Jacob, coherederos de las mismas promesas.
10 Es que Abrahán esperaba la ciudad asentada sobre cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
11 Por la fe, también Sara recibió vigor para ser madre, aunque estaba fuera de la edad apropiada, pues consideró digno de fe al que le hacía la promesa.
12 Por lo cual, también de uno solo y ya marcado por la cercana muerte, nacieron hijos, numerosos como las estrellas del cielo, incontables como la arena de las playas.
13 En la fe murieron todos ellos, sin haber conseguido el objeto de las promesas. Las vieron
y las saludaron desde lejos, confesando que eran peregrinos y forasteros sobre la tierra.
14 Los que así hablan, claramente dan a entender que van en busca de una patria,
15 pues, si pensaban en la que habían abandonado, podían volver a ella.
16 Por el contrario, aspiraban a una mejor, a la celestial. Por eso Dios no se avergüenza de ser llamado su Dios, pues les tenía preparada una ciudad.
17 Por la fe, Abrahán, sometido a la prueba, ofreció a Isaac como ofrenda. Él, que había recibido las promesas, ofrecía a su único hijo,
18 respecto del cual se le había dicho: Por Isaac tendrás descendencia.
19 Pensaba que poderoso era Dios aun para resucitarlo de entre los muertos. Por eso lo recobró como símbolo.
La fe de Isaac, de Jacob y de José.
20 Por la fe, bendijo Isaac el futuro de Jacob y Esaú.
21 Por la fe, Jacob, moribundo, bendijo a cada uno de los hijos de José, y se postró apoyado en el extremo de su bastón.
22 Por la fe, José, al final de la vida, evocó el éxodo de los israelitas, y dio órdenes respecto de sus huesos.
La fe de Moisés.
23 Por la fe, Moisés, recién nacido, fue durante tres meses ocultado por sus padres, pues vieron que el niño era hermoso y no temieron el edicto del rey.
24 Por la fe, Moisés, ya adulto, rehusó que lo llamaran hijo de la hija del Faraón,
25 y prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar el efímero goce del pecado.
26 Consideró que el oprobio de Cristo era una riqueza mayor que los tesoros de Egipto, porque tenía los ojos puestos en la recompensa.
27 Por la fe, salió de Egipto sin temer la ira del rey; se mantuvo firme como si viera al invisible.
28 Por la fe, celebró la Pascua e hizo la aspersión de la sangre para que el Exterminador no tocase a sus primogénitos.
La fe de los israelitas.
29 Por la fe, atravesaron el mar Rojo como por tierra firme; mientras que los egipcios, al intentarlo, se ahogaron.
30 Por la fe se derrumbaron los muros de Jericó, después de ser rodeados durante siete días.
31 Por la fe, la prostituta Rajab no pereció con los incrédulos, por haber acogido amistosamente a los exploradores.
La fe de los jueces y de los profetas.
32 ¿Y a qué continuar? Me faltaría el tiempo si hubiera de hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas.
33 Éstos, por la fe, sometieron reinos, administraron justicia, alcanzaron las promesas y cerraron la boca a los leones;
34 apagaron la violencia del fuego, escaparon al filo de la espada, curaron de sus enfermedades, fueron valientes en la guerra y rechazaron ejércitos extranjeros.
35 Gracias a ellos, algunas mujeres recobraron resucitados a sus muertos. Unos fueron torturados, rehusando la liberación por conseguir una resurrección mejor;
36 otros soportaron la prueba de burlas y azotes, de cadenas y prisiones.
37 Fueron apedreados, torturados, aserrados, muertos a espada; anduvieron errantes, cubiertos de pieles de ovejas y de cabras; se vieron faltos de todo; fueron oprimidos y maltratados.
38 Hombres de los que no era digno el mundo anduvieron errantes por desiertos y montañas, por grutas y cavernas.
39 Y todos ellos, aunque alabados por su fe, no consiguieron el objeto de las promesas.
40 Dios tenía dispuesto algo mejor para nosotros, de modo que no llegaran ellos sin nosotros a la perfección.
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