CARTA A LOS EFESIOS
Pablo dirige esta carta al pueblo de Dios de éfeso. En ella encontramos tres temas principales; la Iglesia es santa, la Iglesia es una, la Iglesia es universal. Deja claro que Cristo y la Iglesia están conformados en unidad inseparable.
Los siguientes capítulos de este libro, son los que vamos a utilizar en los talleres de oración, para meditar sobre Dios como Padre amoroso. En la Lectio Divina los consultaremos como texto referentes al Evangelio, según el año litúrgico. También será base de análisis o estudio en las reuniones de grupo y material para las catequesis. Preparemonos para escudriñar el mundo de las Escrituras Sagradas.
Efesios Capítulo 1
Saludo inicial.
1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús.
2 Gracia a vosotros y paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
I. EL MISTERIO DE CRISTO Y LA IGLESIA
El plan de salvación.
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
pues, por estar unidos a Cristo, nos ha colmado de toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos.
4 Dios nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo,
para que vivamos ante él santamente y sin defecto alguno, en el amor.
5 Nos ha elegido de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, porque así lo quiso voluntariamente,
6 para que alabemos su gloriosa benevolencia, con la que nos agració en el Amado.
7 Por medio de su sangre conseguimos la redención, el perdón de los delitos,
gracias a la inmensa benevolencia
8 que ha prodigado sobre nosotros, concediéndonos todo tipo de sabiduría y conocimiento.
9 En efecto, nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad, conforme al benévolo proyecto
que se había propuesto de antemano,
10 con el fin de realizarlo en la plenitud de los tiempos:
hacer que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra.
11 A él, por quien somos herederos, elegidos de antemano según el previo designio del que realiza todo conforme a la decisión de su voluntad,
12 para que alabemos su gloria los que ya antes esperábamos en Cristo.
13 En él también vosotros, tras haber oído la Palabra de la verdad, la buena nueva de vuestra salvación, y haber creído también en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.
14 El Espíritu es garantía de nuestra herencia, hasta que el pueblo de su posesión sea redimido, y su gloria sea así alabada.
La supremacía de Cristo.
15 Por eso, también yo, al tener noticia de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestra caridad para con todos los santos,
16 no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mis oraciones.
17 Así, pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, que os conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle perfectamente,
18 que ilumine los ojos de vuestro corazón para que conozcáis cuál es la esperanza a que habéis sido llamados por él, cuál la gloriosa riqueza otorgada por él en herencia a los santos,
19 y cuál la soberana grandeza de su poder para con nosotros, los creyentes, conforme a la eficacia de su fuerza poderosa.
20 Dios desplegó esta fuerza en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su diestra en los cielos,
21 por encima de todo principado, potestad, virtud, dominación y de todo cuanto tiene nombre, no sólo en este mundo, sino también en el venidero.
22 Sometió todo bajo sus pies y le constituyó cabeza suprema de la Iglesia,
23 que es su cuerpo, la plenitud del que lo llena todo en todo.
Efesios Capítulo 4
EL COMPORTAMIENTO CRISTIANO: UNIDAD Y AMOR MUTUO
Llamamiento a la unidad .
1 Os exhorto, pues, yo, prisionero por el Señor, a que viváis de una manera digna de la llamada que habéis recibido:
2 con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor,
3 poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz.
4 Pues uno solo es el cuerpo y uno solo el Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados.
5 Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo,
6 un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por todos y está en todos.
La diversidad de los carismas
7 A cada uno de nosotros le ha sido concedida la gracia a la medida de los dones de Cristo.
8 Por eso dice la Escritura:
Subiendo a la altura, llevó cautivos y repartió dones a los hombres.
9 ¿Qué quiere decir «subió» sino que también bajó a las regiones inferiores de la tierra?
10 Éste que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos, para llenar el universo.
11 Él mismo dispuso que unos fueran apóstoles; otros, profetas; otros, evangelizadores; otros, pastores y maestros,
12 para organizar adecuadamente a los santos en las funciones del ministerio. Y todo orientado a la edificación del cuerpo de Cristo,
13 hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la plena madurez de Cristo.
La unidad en la verdad y el amor
14 Así ya no seremos como niños, llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina, a merced de la malicia humana y de la astucia que conduce al error.
15 Antes bien, movidos por un amor sincero, creceremos en todo hacia Cristo, que es la cabeza,
16 de quien todo el cuerpo recibe trabazón y cohesión por la colaboración de los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro, para el crecimiento y edificación en el amor.
La vida nueva en Cristo.
17 Por tanto, os digo y os repito en nombre del Señor que no viváis ya como los gentiles, que se dejan llevar por su mente vacía,
18 obcecados en las tinieblas y excluidos de la vida de Dios por su ignorancia y por la dureza de su corazón.
19 Habiendo perdido el sentido moral, se entregaron al libertinaje, hasta practicar con desenfreno toda suerte de impurezas.
20 Pero esto no tiene nada que ver con lo que habéis aprendido de Cristo,
21 si es que habéis oído hablar de él y en él habéis sido enseñados conforme a la verdad de Jesús:
22 en cuanto a vuestra vida anterior, despojaos del hombre viejo, que se corrompe dejándose seducir por deseos rastreros,
23 renovad vuestra mente espiritual,
24 y revestíos del Hombre Nuevo, creado según Dios, que se manifiesta en una vida justa y en la verdad santa.
Deberes de amor hacia el prójimo
25 Por tanto, desechad la mentira y decíos la verdad unos a otros, pues somos miembros unos de otros.
26 Si os irritáis, no pequéis; que no se ponga el sol mientras estéis irritados,
27 para no dar así ocasión al diablo.
28 El que robaba, que ya no robe; que trabaje con sus manos haciendo algo útil, para que pueda socorrer así al que lo necesite.
29 No digáis palabras que puedan herir, sino las que sean oportunas para edificar según la necesidad y hacer el bien a los que os escuchen.
30 No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el día de la redención.
31 Que desaparezca de entre vosotros cualquier clase de amargura, ira, cólera, gritos, maledicencia y maldad.
32 Sed amables y compasivos entre vosotros, perdonándoos mutuamente como os perdonó Dios en Cristo.
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