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Encuentro con Dios a través de la Liturgia

Lucas, Lc, NT

EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

El evangelista presenta al Espíritu Santo activo desde la concepción de Jesús, en su ministerio y el nacimiento de la iglesia. Muestra un Jesús misericordioso que acoge con gran amor a los pobres, las mujeres, los pecadores e incluso los extranjeros y marginados. Podremos disfrutar del plan salvífico de Dios desde la perspectiva de un médico cristiano de origen griego, con espíritu mariano. 

Los siguientes capítulos de este libro, son los que vamos a utilizar en los talleres de oración, para meditar sobre Dios como Padre amoroso. En la lectio divina, según el año litúrgico. También los usaremos de base para temas de análisis o estudio en las reuniones de grupo y material para las catequesis. Preparemonos para escudriñar el mundo de las Escrituras Sagradas.  



Prólogo.

Lucas Capítulo 1

 1 Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas... 

Acordeón Personalizado

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Prólogo Lc. 1, 1-4

1 Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, 

2 tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, 

3 he decidido yo también, después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo, 

4 para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.


I. Nacimiento y vida oculta de Juan el Bautista y de Jesús

Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista. Lc 1, 

Acordeón Personalizado

cita biblica del anuncio de juan el bautista, evangelio de san lucas, capítulo 1 versiculos del 5 al 25 Lucas 1, 5-25

5 Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una mujer descendiente de Aarón, que se llamaba Isabel. 

6 Los dos eran justos ante Dios y cumplían fielmente todos los mandamientos y preceptos del Señor. 

7 No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos de avanzada edad.

8 En cierta ocasión, mientras oficiaba delante de Dios, en el grupo de su turno, 

9 le tocó en suerte, según el uso del servicio sacerdotal, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso. 

10 Toda la multitud de fieles estaba fuera en oración, a la hora del incienso.

11 Se le apareció el ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. 

12 Al verlo Zacarías, se sobresaltó, y el temor se apoderó de él. 

13 El ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien pondrás por nombre Juan. 

14 Te llenará de gozo y alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento, 

15 porque será grande ante el Señor. No beberá vino ni licor; estará lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre; 

16 convertirá al Señor su Dios a muchos de los hijos de Israel 

17 e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para que los corazones de los padres se vuelvan a los hijos, y los rebeldes, a la prudencia de los justos; para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.»

18 Zacarías preguntó al ángel: «¿En qué lo conoceré? Porque yo soy viejo, y mi mujer de avanzada edad.» 

19 El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está al servicio de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia. 

20 Mira, por no haber creído mis palabras, que se cumplirán a su tiempo, vas a quedar mudo, y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas.» 

21 La gente, que estaba esperando a Zacarías, se extrañaba de que se demorara tanto en el Santuario. 

22 Cuando salió no podía hablarles, y comprendieron que había tenido una visión en el Santuario. Les hablaba por señas y permaneció mudo.

23 Una vez cumplidos los días de su servicio, volvió a su casa. 

24 Días después, concibió su mujer Isabel y estuvo durante cinco meses recluida. 

25 Entre tanto, pensaba: «El Señor ha hecho esto por mí cuando ha tenido a bien quitar mi oprobio entre la gente.»


La Anunciación del nacimiento de Jesús. Lc 1, 

cita biblica del anuncio del nacumiento de Jesús, evangelio de san lucas, capítulo 1 versiculos del 26 al 38 Lucas 1, 26-38

26 Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a un pueblo de Galilea, llamado Nazaret, 

27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David. La virgen se llamaba María. 

28 Cuando entró, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» 

29 Ella se conturbó por estas palabras y se preguntaba qué significaría aquel saludo. 

30 El ángel le dijo:

«No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; 

31 vas a concebir en tu seno y a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. 

32 Él será grande, le llamarán Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; 

33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.» 

34 María respondió al ángel: «¿Cómo será esto posible, si no conozco varón?»

35 El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que va a nacer será santo y le llamarán Hijo de Dios. 

36 Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y ya está en el sexto mes la que era considerada estéril, 

37 porque no hay nada imposible para Dios.» 

38 Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel la dejó y se fue.


La Visitación de María a Isabel. Lc 1, 

cita biblica de la visitación de María a su prima Isabel, evangelio de san lucas, capítulo 1 versículos del 39 al 45 Lucas 1, 39-45

39 En aquellos días, se puso en camino María y se dirigió con prontitud a la región montañosa, a una población de Judá. 

40 Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 

41 En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno; Isabel quedó llena de Espíritu Santo 

42 y exclamó a gritos: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; 

43 ¿cómo así viene a visitarme la madre de mi Señor? 

44 Porque apenas llegó a mis oídos la

las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»


El Cántico de la Virgen María. Lc 1, 

cita biblica del cántico de la virgen María, evangelio de san lucas, capítulo 1 versículos del 46 al 56 Lucas 1, 46-56

46 Dijo María:

«Alaba mi alma la grandeza del Señor

47 y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador,

48 porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava. Desde ahora, todas las generaciones me llamarán bienaventurada,

49 porque ha hecho en mi favor cosas grandes el Poderoso, Santo es su nombre

50 y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.

51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los de corazón altanero.

52 Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes.

53 A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos con las manos vacías.

54 Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia

55 —como había anunciado a nuestros padres— en favor de Abrahán y de su linaje por los

siglos.»

56 María se quedó con ella unos tres meses, y luego regresó a su casa.


El Nacimiento de Juan el Bautista. Lc 1, 

cita biblica del nacimiento de juan el bautista, evangelio de san lucas, capítulo 1 versiculos del 57 al 58 Lucas 1, 57-58

57 Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz y tuvo un hijo. 

58 Sus vecinos y parientes, al oír que el Señor le había mostrado tanta misericordia, se congratulaban con ella.


La Circuncisión de Juan el Bautista.

cita biblica de la circuncisión de juan el bautista, evangelio de san lucas, capítulo 1 versiculos del 59 al 66 Lucas 1, 59-66

59 Al octavo día fueron a circuncidar al niño y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías; 

60 pero su madre intervino y dijo: «No; se ha de llamar Juan.» 

61 La gente le decía:

«No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre», 

62 y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. 

63 Él pidió una tablilla y escribió: «Se llama Juan»; y todos quedaron admirados. 

64 Al punto se abrió su boca y se desató su lengua, y hablaba alabando a Dios. 

65 El temor se apoderó de todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaba lo sucedido.

 66 Todos cuantos lo oían quedaban impresionados y se decían: «¿Qué

 


El Cántico de Zacarías. Lc 1, 

cita biblica del cántico de zacarías, evangelio de san lucas, capítulo 1 versiculos del 67 al 80 Lucas 1, 67-80

67 Zacarías, su padre, quedó lleno de Espíritu Santo y profetizó con estas palabras:

68 «Bendito el Señor Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, 

69 y nos ha suscitado una fuerza salvadora en la casa de David, su siervo,

70 como había prometido desde antiguo por boca de sus santos profetas,

71 que nos salvaría de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian,

72 teniendo misericordia con nuestros padres y recordando su santa alianza,

73 el juramento que hizo a Abrahán nuestro padre, de concedernos 

74 que, libres de manos enemigas, podamos servirle sin temor,

75 en santidad y justicia, en su presencia todos nuestros días.

76 Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, pues irás delante del Señor para preparar sus caminos

77 y hacer que su pueblo conozca la salvación mediante el perdón de sus pecados,

78 por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, que harán que nos visite una Luz de lo alto,

79 a fin de iluminar a los que habitan en tinieblas y sombras de muerte, y de guiar nuestros pasos por el camino de la paz.»

80 El niño crecía y su espíritu se fortalecía, y vivió en lugares inhóspitos hasta el día de su manifestación a Israel.



Lucas Capítulo 2

El nacimiento de Jesús. Lc 2, 

1  Por aquel entonces se publicó un edicto de César Augusto... 

evangelio de san lucas, el nacimiento de Jesús, capitulo 2 Continuar leyendo:
El nacimiento de Jesús Lc. 2, 1-7

1 Por aquel entonces se publicó un edicto de César Augusto, por el que se ordenaba que se empadronase todo el mundo. 

2 Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo Cirino gobernador de Siria. 

3 Todos fueron a empadronarse, cada cual a su ciudad. 

4 También José subió desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, llamada Belén, por ser él de la casa y familia de David, 

5 para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. 

6 Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento 

7 y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue.


La visita de los pastores. Lc 2, 

evangelio de san lucas, la visita de los pastores, capitulo 2 Lucas 2, 8-20

8 Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. 

9 Se les presentó el ángel del Señor; la gloria del Señor los envolvió en su luz y se llenaron de temor. 

10 El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: 

11 os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor.

12 Esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» 

13 De pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial que alababa a Dios diciendo:

14 «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él  se complace.»

15 Cuando los ángeles los dejaron y se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros:

«Vamos a Belén a ver lo que ha sucedido, eso que el Señor nos ha manifestado.» 

16 Fueron a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 

17 Al verlo, contaron lo que les habían dicho acerca de aquel niño; 

18 y todos cuantos lo oían se maravillaban de lo que los pastores les decían. 

19 María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su interior. 

20 Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había anunciado.


La circuncisión de Jesús. Lc 2, 

evangelio de san lucas, La circuncisión de Jesús, capitulo 2 Lucas 2, 21

21 Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le puso el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno.

 

La presentación de Jesús en el Templo. Lc 2, 

evangelio de san lucas, La presentación de Jesús en el Templo, capitulo 2 Lucas 2, 22-24

22 Cuando se cumplieron los días en que debían purificarse, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, 

23 como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor, 

24 y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.


El canto de Siméon.  Lc 2,  

evangelio de san lucas, El canto de Siméon, capitulo 2 Lucas 2, 25-32

25 Vivía por entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era una persona justa y piadosa, que esperaba que Dios consolase a Israel; y estaba en él el Espíritu Santo.

26 El Espíritu Santo le había revelado que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. 

27 Movido por el Espíritu, vino al Templo. Cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, 

28 lo tomó en brazos y alabó a Dios diciendo:


29 «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz,

30 porque han visto mis ojos tu salvación,

31 la que has preparado a la vista de todos los pueblos,

32 luz para iluminar a las gentes y gloria de tu pueblo Israel.»


La profecía de Simeón. Lc 2, 

evangelio de san lucas, La profecía de Simeón, capitulo 2 Lucas 2, 33-35

33 Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. 

34 Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: 

«Éste está destinado para caída y elevación de muchos en Israel, y como signo de contradicción —

35 ¡a ti misma una espada te atravesará el alma!—, a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»


La profecía de Ana. Lc 2, 

evangelio de san lucas, La profecía de Ana, capitulo 2 Lucas 2, 36-38

36 Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada. Casada en su juventud, había vivido siete años con su marido, 

37 y luego quedó viuda hasta los ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. 

38 Presentándose en aquel mismo momento, comenzó a alabar a Dios y a hablar del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

 

La infancia de Jesús en Nazaret. Lc 2, 

evangelio de san lucas, La infancia de Jesús en Nazaret, capitulo 2 Lucas 2, 39-40

39 Así que cumplieron todo lo ordenado por la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su pueblo de Nazaret. 

40 El niño crecía, se fortalecía y se iba llenando de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él.


Jesús entre los doctores de la Ley. Lc 2, 

evangelio de san lucas, Jesús entre los doctores de la Ley, capitulo 2 Lucas 2, 41-52

41 Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. 

42 Cuando cumplió los doce años, subieron como de costumbre a la fiesta. 

43 Pasados aquellos días, ellos regresaron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo advirtieran. 

44 Creyendo que estaría en la caravana, y tras hacer un día de camino, lo buscaron entre los parientes y conocidos. 

45 Pero, al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.

46 Al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y haciéndoles preguntas. 

47 Todos cuantos le oían estaban estupefactos, por su inteligencia y sus respuestas. 

48 Cuando lo vieron, quedaron sorprendidos; su madre le dijo:

«Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos andado buscando, llenos de angustia.» 

49 Él les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?» 

50 Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio.

51 Jesús volvió con ellos a Nazaret y vivió sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. 

52 Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.


Lucas Capítulo 4

Tentaciones en el desierto .
1 Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del Jordán y fue conducido por el
 
Espíritu al desierto. 
2 Allí estuvo durante cuarenta días, y fue tentado por el diablo.
 
Como no comió nada en aquellos días, al cabo de ellos sintió hambre. 
3 Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.» 
4 Jesús le respondió:
«Está escrito: No sólo de pan vive el hombre.»
5 El diablo lo llevó luego a una altura, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra 
6 y le dijo: «Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque me la han entregado a mí y yo se la doy a quien quiero. 
7 Así que, si me adoras, toda será tuya.» 
8 Jesús le respondió:
«Está escrito: Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él darás culto.»
 
9 Lo llevó después a Jerusalén, lo puso sobre el alero del Templo y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo; 
10 porque está escrito:
A sus ángeles te encomendará para que te guarden.
11 Y:
En sus manos te llevarán
para que no tropiece tu pie en piedra alguna.»
12 Jesús le respondió: «Está dicho:
No tentarás al Señor tu Dios.»
13 Acabadas las tentaciones, el diablo se alejó de él hasta el tiempo propicio.


III. Ministerio de Jesús en Galilea

Comienzo de la predicación.
14 Jesús volvió a Galilea guiado por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la región. 15 Iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos.

Jesús en Nazaret .
16 Vino a Nazará, donde se había criado, y entró, según su costumbre, en la sinagoga el día de sábado. Se levantó para hacer la lectura 
17 y le entregaron el volumen del profeta Isaías. Desenrolló el volumen y halló el pasaje donde estaba escrito:
18 El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido
para anunciar a los pobres la Buena Nueva,
me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos,
para dar la libertad a los oprimidos
19 y proclamar un año de gracia del Señor.
20 Enrolló el volumen, lo devolvió al ministro y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. 
21 Comenzó, pues, a decirles: «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír.» 
22 Todos hacían comentarios sobre él y se extrañaban de la elocuencia y seguridad con que hablabla.
La gente  se  preguntaba:  «¿Pero  no  es  éste  el  hijo  de  José?»  
23  Él  les  respondió:
«Seguramente me vais a aplicar el refrán que dice: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaún, hazlo también aquí en tu patria.»
24 Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien recibido en su patria.»
25 «Os digo de verdad que en vida de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis
meses y hubo gran hambre en todo el país, había muchas viudas en Israel; 
26 pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. 
27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio.»
28 Al oír esto, todos los de la sinagoga montaron en cólera 
29 y, levantándose, lo sacaron
fuera del pueblo y lo llevaron a una altura escarpada del monte sobre el que se elevaba el pueblo, con ánimo de despeñarlo. 
30 Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó.

Jesús enseña en Cafarnaún y cura a un endemoniado.
31 Bajó a Cafarnaún, población de Galilea, y los sábados les enseñaba. 
32 La gente quedaba asombrada de su doctrina, porque hablaba con autoridad.
33 Había en la sinagoga un hombre que tenía el espíritu de un demonio inmundo y se puso a
gritar a grandes voces: 
34 «¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres: el Santo de Dios.» 
35 Jesús entonces le conminó: «Cállate y sal de él.» Y el demonio, arrojándole en medio, salió de él sin hacerle ningún daño. 
36 Todos quedaron pasmados y se decían unos a otros: «¡Qué palabra ésta! Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y los hace salir.» 
37 Así que su fama se extendió por todos los lugares de la región.

Curación de la suegra de Simón.
38 Cuando salió de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre, y le rogaron por ella. 
39 Entonces se inclinó sobre ella y conminó a la fiebre; y la fiebre la dejó. Ella se levantó al punto y se puso a servirles.

Numerosas curaciones.
 
40 A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. 
41 Salían también demonios de muchos, gritando y diciendo: «Tú eres el Hijo de Dios.» Pero él les conminaba y no les permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo.

Jesús sale ocultamente de Cafarnaún y recorre Judea.
42 Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario. Cuando la gente que lo andaba buscando llegó donde él, trataron de retenerle para que no les dejara. 
43 Pero él les dijo:
«También en otros pueblos tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado.» 
44 E iba predicando por las sinagogas de Judea.


LUCAS 5

Vocación de los cuatro primeros discípulos .
1  Estando Jesús a la orilla del lago de Genesaret, la gente se agolpaba a su
 
alrededor para oír la palabra de Dios. 
2 En esto vio dos barcas que estaban a la
 
orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas y estaban lavando las redes. 
3 Subió entonces a una de las barcas, que era de Simón, y le rogó que se alejara un poco de tierra. Se sentó y empezó a enseñar desde la barca a la muchedumbre.
4 Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Boga mar adentro, y echad vuestras redes para
pescar.» 
5 Simón le respondió: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, basta que tú lo dices, echaré las redes.» 
6 Así lo hicieron, y pescaron tan gran cantidad de peces que las redes amenazaban con romperse. 
7 Entonces llamaron por señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían.
8 Al verlo, Simón Pedro cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que
soy un hombre pecador.» 
9 Y es que el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían capturado. 
10 Y lo mismo les ocurrió a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres.» 
11 Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron.

Curación de un leproso.
12 Estando en un pueblo, se presentó un hombre cubierto de lepra que, al ver a Jesús, se
 
la mano, lo tocó y dijo: «Quiero, queda limpio.» Y al instante le desapareció la lepra. 
14 Pero le ordenó que no se lo dijera a nadie. Y añadió: «Vete, preséntate al sacerdote y haz la ofrenda por tu purificación, como prescribió Moisés, para que les sirva de testimonio.»
15 Su fama se extendía cada vez más, y una numerosa multitud afluía para oírle y ser curados
de sus enfermedades. 
16 Pero él se retiraba a los lugares solitarios, donde oraba.

Curación de un paralítico.
17 Un día que estaba enseñando, había allí sentados algunos fariseos y doctores de la ley, que habían venido de todos los pueblos de Galilea y Judea, y de Jerusalén. El poder del Señor le hacía obrar curaciones. 
18 En esto, unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico y trataban de introducirlo, para ponerlo delante de él. 
19 Pero no encontrando por dónde meterlo, a causa de la multitud, subieron al terrado, lo bajaron con la camilla a través de las tejas y lo pusieron en medio, delante de Jesús. 
20 Viendo Jesús la fe que tenían, dijo:
«Hombre, tus pecados te quedan perdonados.»
21 Los escribas y fariseos empezaron a pensar: «¿Quién es éste, que dice tales blasfemias?
¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?» 
22 Sabiendo Jesús lo que pensaban, les dijo:
«¿Qué estáis pensando en vuestro interior?
23 ¿Qué es más fácil, decir ‘Tus pecados te quedan perdonados’ o decir ‘Levántate y anda’? 
24 Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados —dijo al paralítico—: ‘A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’.» 
25 Se levantó entonces delante de ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa, alabando a Dios.
26 El asombro se apoderó de todos y alababan a Dios. Y llenos de temor, decían: «Hoy
hemos visto cosas increíbles.»

Vocación de Leví.
27 Después de estos sucesos, un día salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo: «Sígueme.» 28 Él, dejándolo todo, se levantó y le siguió.

Comida con los pecadores en casa de Leví.
29 Leví le ofreció en su casa un gran banquete. Les acompañaban a la mesa un gran número de publicanos, aparte de otras personas. 
30 Los fariseos y sus escribas decían refunfuñando a
 
Jesús: «No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. 
32 No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores.»

Discusión sobre el ayuno.
33 Ellos le dijeron: «Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y recitan oraciones, igual que los de los fariseos, pero los tuyos no se privan de comer y beber.» 
34 Jesús respondió:
«¿Podéis acaso hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? 
35 Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán, cuando lleguen esos días.»
36 Les dijo también una parábola: «Nadie rompe un vestido nuevo para echar un remiendo a
uno viejo, porque, si lo hace, desgarraría el nuevo, y al viejo no le iría el remiendo del nuevo. 
37 «Nadie echa tampoco vino nuevo en pellejos viejos; porque, si lo hace, el vino nuevo reventaría los pellejos, el vino se derramaría y los pellejos se echarían a perder. 
38 Hay que echar el vino nuevo en pellejos nuevos. 
39 Nadie, después de beber el vino añejo, quiere del
nuevo, porque dirá: El añejo es el bueno.»

Lucas Capítulo 7

Curación del sierviente de un centurión.

1 Cuando Jesús terminó de hablar así a la gente, entró en Cafarnaún. 

2 Un siervo de un centurión, muy querido de éste, se encontraba enfermo y a punto de morir. 

3 El centurión, que había oído hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos para rogarle que viniera y salvara a su siervo.

4  Cuando éstos llegaron ante Jesús, le suplicaron con insistencia: «Merece que se lo concedas, 

5 porque ama a nuestro pueblo y él mismo nos ha edificado la sinagoga.» 

6 Jesús se fue con ellos. Estando ya no lejos de la casa, envió el centurión a unos amigos a decirle:

«Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo; 

7 por eso ni siquiera me consideré digno de salir a tu encuentro. Mándalo de palabra y quede sano mi criado. 

8 Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste ‘Vete’, y va; y a otro ‘Ven’, y viene; y a mi siervo ‘Haz esto’, y lo hace.» 

9 Al oír esto, Jesús quedó admirado de él, y volviéndose a la muchedumbre que le seguía, les dijo: «Os aseguro que ni en Israel he encontrado una fe tan grande.» 

10 Cuando los enviados volvieron a la casa hallaron al siervo sano.


Resurrección del hijo de una viuda.

11 A continuación fue Jesús a un pueblo llamado Naín. Lo acompañaban sus discípulos y una gran muchedumbre. 

12 Cuando se acercaba a las puertas del pueblo, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda. La acompañaba mucha gente del pueblo. 

13 Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: «No llores.» 

14 Luego, acercándose, tocó el féretro, y los que lo llevaban se pararon. Dijo Jesús: «Joven, a ti te digo: Levántate.» 

15 El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre. 

16 El temor se apoderó de todos y alababan a Dios, diciendo: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo». 

17 Y el suceso se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina.


Los signos mesiánicos.

18 Los discípulos de Juan le llevaron todas estas noticias. Entonces él, llamando a dos de ellos, 

19 los envió a preguntar al Señor: «¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?» 

20 Aquellos hombres se acercaron a él y le dijeron: «Juan el Bautista nos ha enviado a preguntarte si eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro.» 

21 En aquel momento curó a muchos de sus enfermedades y dolencias y de malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos. 

22 Después les dijo: «Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva. 

23 ¡Y dichoso aquel a quien yo no le sirva de escándalo!»


Testimonio de Jesús sobre Juan el Bautista

24 Cuando los mensajeros de Juan se alejaron, se puso a hablar de Juan a la gente: «¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? 

25 ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten magníficamente y viven con molicie están en los palacios. 

26 Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Desde luego que sí, y más que un profeta. 

27 De éste es de quien está escrito:

Voy a enviar a mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu camino.

28 «Os digo que, entre los nacidos de mujer, no hay ninguno mayor que Juan; sin embargo, el más pequeño en el Reino de Dios es mayor que él. 

29 Toda la gente que le escuchó, incluso los publicanos, reconocieron la salvación que Dios les ofrecía y se hicieron bautizar con el bautismo de Juan. 

30 Pero los fariseos y los legistas, al no aceptar su bautismo, frustraron el plan que Dios tenía para con ellos.


Reproche de Jesús a sus compatriotas.

31 «¿Con quién podré comparar a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? 

32 Se parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros:

 ‘Os hemos tocado la flauta, pero no habéis bailado,

os hemos entonado endechas, pero no habéis llorado.’

33 «Porque resulta que ha venido Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís: ‘Está endemoniado.’ 

34 Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: ‘Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores.’ 

35 Pero la Sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos.»


La pecadora perdonada .

36 Un fariseo le rogó que comiera con él. Jesús entró en la casa del fariseo y se puso a la mesa. 

37 Había en el pueblo una mujer pecadora pública. Al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume 

38 y, poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar. Con sus lágrimas le humedecía los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume.

39 El fariseo que le había invitado, al ver la escena, se decía para sí: «Si éste fuera profeta,

sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando: una pecadora.» 

40 Jesús le dijo:

«Simón, tengo algo que decirte.» Él respondió: «Di, maestro.» 

41 «Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta. 

42 Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más?» 

43 Respondió Simón: «Supongo que aquel a quien perdonó más.»

Jesús le dijo: «Has juzgado bien.» 

44 Después, volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón:

«¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha humedecido mis pies con lágrimas y los ha secado con sus cabellos. 

45 No me diste el beso, pero ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. 

46 No ungiste mi cabeza con aceite, pero ella ha ungido mis pies con perfume. 

47 Por eso te digo que quedan perdonados sus numerosos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra.» 

48 Y le dijo a ella: «Tus pecados quedan perdonados.» 

49 Los comensales empezaron a decirse para sí: «¿Quién es éste, que hasta perdona los pecados?» 

50 Pero él dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado. Vete en paz.»


Lucas Capítulo 10

Misión de los setenta y dos discípulos.

1 Después de esto, designó el Señor a otros setenta y dos y los envió...

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Misión de los 72 discípulos
Lc. 10, 1-12

1  Después de esto, designó el Señor a otros setenta y dos y los envió por delante, de dos en dos, a todas las poblaciones y sitios adonde él había de ir. 
2 Pero antes les dijo:
«La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. 
3 Id, pero sabed que os envío como corderos en medio de lobos. 
4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. 
5 Si entráis en una casa, decid primero: ‘Paz a esta casa.’ 
6 Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. 
7 Permaneced en la misma casa, comed y bebed lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. 
8 Si entráis en un pueblo y os acogen, comed lo que os pongan; 
9 curad los enfermos que haya en él, y decidles: ‘El Reino de Dios está cerca de vosotros.’ 
10 Si entráis en un pueblo y no os acogen, salid a sus plazas y decid: 
11 ‘Sacudimos sobre vosotros hasta el polvo de vuestro pueblo que se nos ha pegado a los pies. Sabed, de todas formas, que el Reino de Dios está cerca.’ 
12 Os digo que aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquel pueblo.

Lamentación de Jesús por las ciudades de Galilea 

evangelio de san lucas,Lamentación de Jesús por las ciudades de Galilea, capitulo 10 Lucas 10, 13-16

13 «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho
los milagros que se han hecho en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertos de sayal y sentados sobre ceniza. 
14 Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. 
15 Y tú, Cafarnaún, ¿pretendes encumbrarte hasta el cielo? ¡Pues hasta el Hades te hundirás!
16 «Quien os escucha a vosotros, a mí me escucha; quien os rechaza a vosotros, a mí me
rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.»

Regreso de los setenta y dos discípulos.

evangelio de san lucas, Regreso de los setenta y dos discípulos, capitulo 10 Lucas 10, 17-20

17 Regresaron los setenta y dos y dijeron alegres: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.» 
18 Él les dijo: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. 
19 Mirad, os he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones, así como cualquier demostración de fuerza del enemigo; nada os podrá hacer daño. 
20 Pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres estén escritos en los cielos.»

La revelación del Evangelio a los humildes. 

evangelio de san lucas, La revelación del Evangelio a los humildes, capitulo 10 Lucas 10, 21-24

21 En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo y dijo: «Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes y se las has revelado a gente sencilla. Sí, Padre, pues tal ha sido tu decisión. 
22 Mi Padre me ha entregado todo, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.»
23 Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! 
24 Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron.»

El mandamiento principal.

evangelio de san lucas, El mandamiento principal, capitulo 10 Lucas 10, 25-28

25 Se levantó un legista y le preguntó, para ponerle a prueba: «Maestro, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?» 
26 Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?» 
27 Respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.» 
28 Díjole entonces Jesús:
«Bien has respondido. Haz eso y vivirás.»

Parábola del buen samaritano.

evangelio de san lucas, Parábola del buen samaritano, capitulo 10 Lucas 10, 29-37

29 Pero él, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: «¿Y quién es mi prójimo?» 
30 Jesús respondió: «Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos que, después de despojarle y darle una paliza, se fueron, dejándolo medio muerto. 
31 Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote que, al verlo, dio un rodeo. 
32 De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio lo vio y dio un rodeo. 
33 Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él y, al verlo, tuvo compasión. 
34 Se acercó, vendó sus heridas y echó en ellas aceite y vino; lo montó luego sobre su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. 
35 Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al posadero, diciendo: ‘Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva.’ 
36 ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los bandidos?» 
37 Él respondió: «El que practicó la misericordia con él.» Díjole entonces Jesús: «Vete y haz tú lo mismo.»

El encuentro de Jesús con Marta y María.

evangelio de san lucas, El encuentro de Jesús con Marta y María, capitulo 10 Lucas 10, 38-42

38 Yendo todos de camino, entró en un pueblo, donde una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa.

39 Tenía ésta una hermana llamada María, que,

40 mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Al fin, se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude.» 
41 Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; 
42 Sin embargo, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada.»


Lucas Capítulo 12

Advertencia contra la hipocresía. Lc 12,

1 En esto, habiéndose reunido miles y miles de personas...

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Advertencia contra la hipocresía
Lc. 12, 1-3

1 En esto, habiéndose reunido miles y miles de personas, hasta pisarse unos a otros, se puso a decir primeramente a sus discípulos: «Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. 
2 Nada hay encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de conocerse. 
3 Porque cuanto dijisteis en la oscuridad será oído a la luz, y lo que hablasteis en voz baja en las habitaciones privadas será proclamado desde los terrados. 

El verdadero y falso temor.  Lc 12,

evangelio de san lucas, El verdadero y falso temor, capitulo 12 Lucas 12, 4-7

4 «Os digo a vosotros, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más. 
5 Os diré a quién debéis temer: temed a Aquel que, después de matar,
tiene poder para arrojar a la Gehenna. Sí, os lo repito: temed a ése.
6 «¿No se venden cinco pajarillos por dos ases? Pues bien, de ninguno de ellos se olvida Dios. 
7 Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis; valéis más que muchos pajarillos.

La valentía para reconocer al Hijo del hombre.  Lc 12,

evangelio de san lucas, La valentía para reconocer al Hijo del hombre, capitulo 12 Lucas 12, 8-12

8 «Os digo que si alguien se declara a mi favor ante los hombres, también el Hijo del
hombre se declarará a su favor ante los ángeles de Dios. 
9 Pero si alguien me niega delante de los hombres, también será negado delante de los ángeles de Dios.
10 «A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre se le perdonará; pero al que
blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará.
11 «Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué os defenderéis, o qué diréis, 
12 porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir.»

El desprendimiento cristiano.  Lc 12,

evangelio de san lucas, El desprendimiento cristiano, capitulo 12 Lucas 12, 13-15

13 Uno de los presentes le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo.» 
14 Él le respondió: «¡Hombre! ¿Quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?» 
15 Y añadió: «Guardaos muy bien de toda codicia, porque las riquezas no garantizan la vida de un hombre, por muchas que tenga.»

Parábola del rico insensato. Lc 12,

evangelio de san lucas, Parábola del rico insensato, capitulo 12 Lucas 12, 16-21

16 Les dijo una parábola: «Los campos de cierto hombre rico dieron una abundante cosecha;
17 y pensaba para sus adentros: ‘¿Qué haré ahora, si no tengo dónde almacenar todo el grano?’
18 Entonces se dijo: ‘Ya sé lo que voy a hacer. Demoleré mis graneros y edificaré otros más grandes; almacenaré allí todo mi trigo y mis bienes, 
19 y me diré: Ahora ya tienes abundantes bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe y banquetea.’ 
20 Pero Dios le dijo: ‘¡Qué necio eres! Esta misma noche te reclamarán la vida. ¿Para quién será entonces todo lo que has preparado?’ 
21 Así es el que atesora riquezas para sí y no se enriquece en orden a Dios.»

La confianza en la Providencia .  Lc 12,

evangelio de san lucas, La confianza en la Providencia, capitulo 12 Lucas 12, 22-32

22 Dijo a sus discípulos: «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, pensando qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, discurriendo con qué os vestiréis, 
23 pues la vida vale más que el alimento y el cuerpo más que el vestido. 
24 Fijaos en los cuervos: ni siembran, ni cosechan; no tienen bodega ni granero, pero Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves! 
25 Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un codo a la medida de su vida? 
26 Entonces, si no sois capaces ni de lo más pequeño, ¿por qué preocuparos de lo demás? 
27 Fijaos en los lirios: ni hilan ni tejen. Pero yo os digo que ni Salomón, en todo su esplendor, se vistió como uno de ellos. 
28 Pues si Dios viste así a la hierba que hoy está en el campo y mañana se echa al horno, ¡cuánto más a vosotros, hombres de poca fe! 
29 Así, pues, no andéis buscando qué comer ni qué beber, ni os inquietéis por eso, 
30 pues por todas esas cosas se afanan los paganos del mundo. Vuestro Padre ya sabe que tenéis necesidad de eso. 
31 Buscad más bien su Reino, y esas cosas se os darán por añadidura.
32 «No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino.

El verdadero tesoro.  Lc 12,

evangelio de san lucas, El verdadero tesoro, capitulo 12 Lucas 12, 33-34

33 «Vended vuestros bienes y dadlos en limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla corroe.
34 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Exhortación a la vigilancia y a la fidelidad.  Lc 12,

evangelio de san lucas, Exhortación a la vigilancia y a la fidelidad, capitulo 12 Lucas 12, 35-40

35 «Tened ceñida la cintura y las lámparas encendidas, 
36 y sed como ésos que esperan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle en cuanto llegue y llame. 
37 Dichosos los siervos a quienes el señor, al venir, encuentre velando. Os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa e irá sirviéndolos uno tras otro. 
38 Que venga en la segunda vigilia o en la tercera,
¡dichosos ellos, si los encuentra así! 
39 Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le abriesen un boquete en su casa. 
40 Estad también vosotros preparados, porque, cuando menos lo penséis, vendrá el Hijo del hombre.»

Parábola del servidor fiel.  Lc 12,

evangelio de san lucas, Parábola del servidor fiel, capitulo 12 Lucas 12, 41-48

41 Preguntó Pedro: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?» 
42 Respondió el Señor:
«¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? 
43 Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. 
44 Os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda.
45 Pero si aquel siervo dice para sus adentros: ‘Mi señor tarda en volver’, y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, 
46 volverá el señor de aquel siervo el día menos esperado y en el momento más imprevisto, lo castigará severamente y le señalará su suerte entre los infieles.
47 «Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha
obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; 
48 el que no la conoce y hace cosas que merecen azotes, recibirá pocos. A quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más.

Jesús ante su Pasión. Lc 12,

evangelio de san lucas, Jesús ante su Pasión, capitulo 12 Lucas 12, 49-50

49 «He venido a arrojar un fuego sobre la tierra, ¡y cuánto desearía que ya hubiera prendido! 
50 Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustiado estoy hasta que se cumpla!

Jesús, signo de contradicción. Lc 12,

evangelio de san lucas, Jesús, signo de contradicción, capitulo 12 Lucas 12, 51-53

51 «¿Creéis que estoy aquí para poner paz en la tierra? No, os lo aseguro, sino división. 
52 Porque desde ahora habrá cinco en una familia y estarán divididos: tres contra dos y dos contra tres. 
53 Estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»

La interpretación de los signos de los tiempos. Lc 12,

evangelio de san lucas, La interpretación de los signos de los tiempos, capitulo 12 Lucas 12, 54-59

54 Decía también a la gente: «Cuando veis que una nube se levanta por occidente, al momento decís: ‘Va a llover’, y así sucede. 
55 Y cuando sopla el sur, decís: ‘Viene bochorno’, y así sucede. 
56 ¡Hipócritas! Si sabéis analizar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no analizáis este tiempo?
57 «¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? 
58 Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. 
59 Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.»

Lucas Capítulo 15

Parábolas de la misericordia de Dios: la oveja perdida y encontrada. Lc 15, 

1 Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él... 

evangelio de san lucas, La moneda perdida y encontrada, capitulo 15 Continuar leyendo:
Lucas 15, 1-7

1 Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él para oírle. 
2 Los fariseos y los escribas murmuraban: «Éste acoge a los pecadores y come con ellos.» 
3 Entonces les dijo esta parábola:

4 «¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en la estepa y va a buscar la que se perdió, hasta que la encuentra? 
5 Y cuando la encuentra, se la pone muy contento sobre los hombros. 
6 Luego, al llegar a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido.’ 
7 Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión.


La moneda perdida y encontrada. Lc 15, 

evangelio de san lucas, La moneda perdida y encontrada, capitulo 15 Lucas 15, 8-10

8 «O ¿qué mujer, si tiene diez dracmas y pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? 
9 Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y les dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido.’ 
10 Os digo que, del mismo modo, habrá alegría entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.»

El padre misericordioso: Lc 15, 

«El hijo pródigo.»

evangelio de san lucas, La moneda perdida y encontrada, capitulo 15 Lucas 15, 11-32

11 Les contó también lo siguiente: «Un hombre tenía dos hijos. 
12 El menor de ellos dijo al padre: ‘Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde.’ Y el padre les repartió la hacienda. 
13 Pocos días después, el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano, donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino.
14 «Cuando se lo había gastado todo, sobrevino una hambruna extrema en aquel país y comenzó a pasar necesidad. 
15 Entonces fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. 
16 El muchacho deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pues nadie le daba nada. 
17 Entonces se puso a reflexionar y pensó: ‘¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! 
18 Me pondré en camino, iré donde mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y ante ti. 
19 Ya no merezco ser llamado hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros.’ 
20 Entonces se avió y partió hacia su padre.
«Estando él todavía lejos, lo vio su padre y se conmovió; corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. 
21 El hijo le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo.’ 
22 Pero el padre dijo a sus siervos: ‘Daos prisa. Traed el mejor traje y vestidle; ponedle un anillo en el dedo y calzadle unas sandalias. 
23 Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, 
24 porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y ha sido hallado.’ Y comenzaron la fiesta.
25 «Su hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercaba a la casa, oyó la
música y las danzas. 
26 Llamó entonces a uno de los criados y le preguntó qué era aquello. 
27 Él respondió: ‘Es que ha vuelto tu hermano, y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano.’ 
28 Él se irritó y no quería entrar. Salió su padre y le rogó que entrase. 
29 Pero él replicó a su padre: ‘Hace muchos años que te sirvo y jamás dejé de cumplir una orden tuya. Sin embargo, nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos. 
30 Y ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado.’
31 «Pero él replicó: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo. 
32 Pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo había muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y ha sido hallado.’»


Lucas Capítulo 24

El anuncio de la resurrección

1 El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. 
2 Pero encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro. 
3 Al entrar, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. 
4 No sabían qué pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes. 
5 Asustadas, inclinaron el rostro a tierra; pero ellos les dijeron: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?
6 No está aquí, ha resucitado. Recordad cómo os habló cuando estaba todavía en Galilea, cómo os decía: 
7 ‘Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado, pero al tercer día resucitará.’» 
8 Y ellas recordaron sus palabras.


El testimonio de las mujeres.

9 Regresaron, pues, del sepulcro y anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos los demás. 
10 Las que referían estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana, María la de Santiago y las demás que estaban con ellas. 
11 Pero a ellos todas aquellas palabras les parecían desatinos, y no les creían. Pedro en el sepulcro.
12 Con todo, Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se inclinó, pero, al ver sólo los lienzos, se volvió a su casa, asombrado por lo sucedido.


La aparición de Jesús a los discípulos de Emaús.

13 Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que dista sesenta estadios de Jerusalén, 
14 y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. 
15 Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó a ellos y se puso a caminar a su lado. 
16 Pero sus ojos estaban como incapacitados para reconocerle. 
17 Él les preguntó: «¿De qué vais discutiendo por el camino?» Ellos se pararon con aire entristecido.
18 Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no se ha enterado de lo que ha pasado allí estos días?» 
19 Él les dijo: «¿Qué ha ocurrido?» Ellos le contestaron: «Lo de Jesús el Nazoreo, un profeta poderoso en obras y palabras a los ojos de Dios y de todo el pueblo: 
20 cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados lo condenaron a muerte y lo crucificaron. 
21 Nosotros esperábamos que iba a ser él quien liberaría a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que eso pasó. 
22 El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro 
23 y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles que decían que estaba vivo. 
24 Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron.»
25 Él les dijo: «¡Qué poco perspicaces sois y qué mente más tarda tenéis para creer todo lo que dijeron los profetas! 
26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso para entrar así en su gloria?» 

27 Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les fue explicando lo que decían de él todas las Escrituras.
28 Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante. 
29 Pero ellos le rogaron insistentemente: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Entró, pues, y se quedó con ellos. 
30 Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. 
31 Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció de su vista. 
32 Se dijeron uno a otro: «¿No ardía nuestro corazón en nuestro interior cuando nos hablaba en el camino y nos iba explicando las Escrituras?»
33 Levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, 
34 que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!» 
35 Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.


La aparición de Jesús a los apóstoles.

36 Estaban comentando todo esto, cuando se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.» 
37 Sobresaltados y asustados, creyeron ver un espíritu. 
38 Pero él les dijo:
«¿Por qué os turbáis? ¿Por qué alberga dudas vuestra mente? 
39 Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y pensad que un espíritu no tiene carne y huesos como véis que yo tengo.» 
40 Dicho esto, les mostró las manos y los pies. 
41 Como no acababan de creérselo a causa de la alegría, y estaban asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?» 
42 Ellos le ofrecieron un trozo de pescado. 
43 Lo tomó y comió delante de ellos.


Últimas instrucciones de Jesús.

44 Después les dijo: «Lo ocurrido confirma las palabras que os dije cuando todavía estaba con vosotros: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí.» 
45 Entonces, abrió sus mentes para que comprendieran las Escrituras, 
46 y les dijo: «Está escrito que el Cristo debía padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día 
47 y que se predicaría en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. 

48 Vosotros sois testigos de estas cosas.
49 «Ahora voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. De momento permaneced
en la ciudad, hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto.»
 

La Ascensión de Jesús

50 Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. 
51 Y, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. 
52 Ellos, después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén llenos de alegría. 
53 Y estaban siempre en el Templo alabando a Dios.


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Diez Pautas para Proclamadores

Sí alguna vez proclamaste la Palabra de Dios, en una celebración litúrgica, sabes que es un momento que exige de preparación para realizarlo de manera correcta.  Y sí ya formas parte de la pastoral litúrgica, sabes que es necesario preparar a otros para realizar este ministerio.  Por lo que, te comparto estos; Diez consejos para lectores, o proclamadores de la Palabra de Dios:  1.      Preparación personal:  Dedica tiempo a la preparación personal, antes de la proclamación. Lee y medita el pasaje bíblico que vas a proclamar para comprender su mensaje y permitir que te interpele. 2.      Conocimiento del texto:  Familiarízate con el texto bíblico que vas a proclamar. Estudia su significado, contexto y mensaje central, para poder transmitirlo de manera precisa y comprensible. 3.      Dicción y pronunciación claras:  Asegúrate de articular claramente cada palabra y pronunciar correctamente los nombres y términos propios. Practi

Pautas para la Organización del Equipo de Liturgia

El equipo de Liturgia o pastoral litúrgica, tiene como reto la organización del servicio litúrgico, veamos los siguientes tips o sugerencias a tomar en cuenta para organizarnos. 1. Planificación previa:  Dedica tiempo a planificar con anticipación todos los aspectos del servicio litúrgico, incluyendo: las lecturas, las oraciones, los cantos y la participación de los fieles. 2. Coordinación con el equipo:  Trabaja en estrecha colaboración con el equipo litúrgico, que puede incluir: al sacerdote, diáconos, ministros extraordinario de la comunión, proclamadores, salmistas y músicos, para asegurarte de que todos estén al tanto de las actividades propias de su ministerio , fecha y horario. 3. Conoce el calendario litúrgico:  Familiarízate con el calendario litúrgico y las festividades o solemnidades que se celebrarán en la Eucaristía. Asegúrate de respetar las lecturas y oraciones apropiadas de ese día. 4. Preparación de lecturas y oraciones:

Tono y Proyección de Voz; PTP

Dentro de las habilidades de comunicación verbal, tenemos:  el tono, la variedad vocal, proyección y modulación de voz. Evitar proclamar de manera monótona, es decir, permanecer en una sola nota, o un mismo patrón de notas, durante la mayor parte de la lectura y solo cambiar o bajar la entonación al final de una oración o frase. Puede ser todo un reto, para algunas personas, entonces. ¿Cómo se corrige esto?  Aquí tienes siete técnicas para perfeccionar el tono, la variedad vocal, proyectar y modular la voz, al proclamar la palabra de Dios o leer en voz alta: 1.      Respiración diafragmática:  Practica la respiración profunda, utilizando el diafragma en lugar de respiraciones superficiales en el pecho. Esto te ayudará a tener un suministro de aire constante y mejorar tu proyección vocal. 2.      Calentamiento vocal:  Antes de leer en voz alta, realiza ejercicios de calentamiento vocal para relajar los músculos faciales y preparar tu voz. Esto incluye est

Cantos Según el Tiempo Litúrgico

Los cantos utilizados para la animación eucarística, deben reflejar y complementar los diferentes tiempos litúrgicos del año.  Cada tiempo litúrgico tiene sus características únicas, y la selección adecuada de los cantos puede ayudar a enfatizar y profundizar la experiencia espiritual de los fieles.  Te describo algunas características generales, que deben tener los cantos según los principales tiempos litúrgicos: Adviento: Esperanza y preparación:  Los cantos deben enfocarse en la espera del advenimiento de Cristo y la preparación para su venida. Llamado a la conversión:  Los cantos pueden invitar a la reflexión sobre la necesidad de convertirnos y estar listos para recibir al Señor. Navidad: Gozo y alegría:  Los cantos navideños deben reflejar la celebración del nacimiento de Jesús y el mensaje de paz y amor. Alabanza y adoración:  Los cantos deben exaltar al Niño Jesús y rendirle adoración como el Salvador del mundo.

Funciones y Preparación del Salmista

El salmista es la persona que canta o recita los salmos durante la celebración eucarística, específicamente en la liturgia de la palabra. Los salmos son una colección de himnos, encontrados en el Antiguo Testamento de la Biblia, y su uso tiene una larga tradición, en el antiguo Israel, conocida como; salterio o colección de cantos religiosos. Las funciones principales del salmista son: Cantar los salmos responsoriales: Durante la Misa u otros servicios litúrgicos, el salmista es el encargado de proclamar los salmos responsoriales, después de la primera lectura, como una respuesta del pueblo, a Dios que le habla a través de su palabra. Los fieles cantan o recitan el responsorio, después de cada estrofa del salmo, generando una interacción entre el salmista y la asamblea. Guiar la participación del pueblo: El salmista tiene la tarea de guiar a la asamblea en la respuesta a los salmos y otras partes de la liturgia donde se requiere la participaci

Dicción, Articulación y Pronunciación Clara; PTP

Dentro de las habilidades de comunicación verbal, tenemos:  la dicción, la articulación y la pronunciación clara. Recordemos que, durante el rito eucarístico, el mensaje es oral, por tanto, desarrollar esta habilidad es importante, especialmente en el salmo responsorial, donde participa el pueblo de Dios. Aquí tienes algunas técnicas para perfeccionar la dicción, la articulación y la pronunciación clara al proclamar la Palabra de Dios en la Eucaristía: 1.      Ejercicios de articulación:         Realiza ejercicios específicos, para fortalecer los músculos faciales y el aparato fonador en general, así mejorar la claridad en la pronunciación. Prueba con ejercicios como repetir rápidamente los sonidos del abecedario o pronunciar palabras que contengan sonidos difíciles. 2.      Vocalización de consonantes:         Presta especial atención a la pronunciación clara de las consonantes. Asegúrate de articular cada consonante de forma preci

Posturas de los Fieles Durante la Eucaristía y Su Significado Litúrgico

Posturas de los fieles y su significado en la Eucaristía Sí visitas varias parroquias o comunidades, notarás que durante la misa, el momento en que la asamblea permanece de pie, sentada, o de rodillas puede ser diferente. Te comento que, según la Instrucción General del Misal Romano, algunas posturas de los fieles durante el rito eucarístico, pueden variar según las costumbres y tradiciones locales. Sin embargo, existe una generalidad a seguir.   Posturas más comunes y su significado simbólico y litúrgico, durante la Eucaristía: Permanecer de pie: Durante el canto de entrada y ritos iniciales. Durante el canto del Aleluya antes del Evangelio Durante la proclamación del Evangelio. Durante la profesión de fe (Credo). Durante la oración universal (peticiones de los fieles). Durante la oración sobre las ofrendas, el prefacio, el santo y la plegaria eucarística. Durante la oración después de comunión. Esta postura, repre

Afinacion de la voz de integrantes del coro liturgico

Cuando somos parte de un ministerio, es necesario formarnos en el tema, para poder ofrecer un mejor servicio al Señor, es común aprender sobre la marcha y en nuestros ratos libres. Un punto importante para el coro es lograr la correcta afinación de la voz.  Es por eso que te presento:   Diez pautas para mejorar la afinación de los integrantes del coro litúrgico y su impacto en la calidad de la música y la experiencia de la comunidad: Entrenamiento auditivo constante: Desarrolla la habilidad auditiva de los miembros del coro. Practica ejercicios de entonación y armonía para afinar los oídos y reconocer cuando la afinación es precisa. Calentamiento vocal y afinación: Incluye ejercicios de afinación en el calentamiento vocal. Esto ayuda a sintonizar las cuerdas vocales y preparar a los cantantes para mantener una afinación más precisa durante la interpretación. Referencias tonales: Utiliza un teclado o un diapasón para proporci

Introducción a la Musica Liturgica

¿Qué es la música litúrgica? Es aquella que se utiliza en las celebraciones litúrgicas de la Iglesia Católica, especialmente en la Eucaristía y en la celebración de otros sacramentos. El propósito de la música litúrgica es elevar el espíritu y ayudar a los fieles a participar activamente en la liturgia, expresando la fe y alabanza a Dios. ¿Cuáles son las normas para ejecutar Música Litúrgica? Las normas para la ejecución de la música litúrgica están establecidas en documentos oficiales de la Iglesia, como el "Canto y música en la celebración litúrgica" y la " Instrucción General del Misal Romano ".  Algunas de las normas más importantes son: La música debe estar en armonía con el contenido litúrgico y los textos bíblicos de la celebración. Contar con la aprobación de la autoridad competente de la Iglesia local, asegura que se cantará música litúrgica católica. Ejecutar la música litúrgica con decoro y solemnidad, es priorida

Sacramentum Caritatis, ¿Sabes Vivir Bien la Eucaristía?

La Exhortación Apostólica Postsinodal "Sacramentum Caritatis"  es un documento escrito por el Papa Benedicto XVI en 2007, como resultado del Sínodo de los Obispos sobre la Eucaristía como fuente y cumbre de la vida y misión de la Iglesia. A continuación, te muestro un resumen del documento, destacando siete razones para leerla y cómo aplicarla en la vida cotidiana: ¿Cuáles son los temas generales que trata "Sacramentum Caritatis"? El documento se centra en la Eucaristía como el sacramento central de la vida cristiana y como fuente de la vida y misión de la Iglesia. Destaca la importancia de redescubrir y vivir plenamente la realidad de la Eucaristía en la vida de los fieles. Subraya la relación íntima entre la Eucaristía y el amor de Dios manifestado en Cristo. La Eucaristía es el sacramento del amor de Cristo, que se entrega a sí mismo por nosotros, y nos invita a responder a ese amor en nuestras vidas. Enfatiza la importanci