Oración de Intercesión
¡Oh Santo Patriarca! Tú que No enseñaste de manera distinta a como viviste,
haznos sentir a todos, en esta circunstancia singular, la actualidad perenne
de tu enseñanza, para que continúes siendo inspirador de bien para el hombre
contemporáneo. Tú nos has enseñado que Dios, Creador y Padre, debe ser
el primer servido. Mediante la fe viva, el culto digno, la adoración devota,
la plegaria asidua, la obediencia alegre a su santísima voluntad. Por
esto, oh Santo Patriarca, eleva tus brazos amplios y paternales, a la Trinidad
Santísima y ruega por nosotros.
Amén.
San Benito, nació en Italia (Nursia). Estudió en Roma y se retiró a una cueva de Subiaco, "anteponiendo el amor de Dios a cualquier otra cosa". Se le unieron unos discípulos, pero, al cabo de un tiempo, Benito tuvo que mudarse a Monte Casino. Ahí escribió su "Regla" y ahí murió en 547. La Orden benedictina, continuadora de su carisma, ha sido decisiva en la población y civilización de Europa, y en la renovación litúrgica contemporánea.
Novena a San Benito
Primer Día
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios
nuestro
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Señor, ten piedad de mí, que soy pecador.
Por
intercesión de San Benito, modelo de penitencia y humildad, concédeme un
corazón contrito y confiado, el deseo de conversión sincera, y la gracia
de comenzar de nuevo bajo tu mirada.
Amén.
Oración para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso padre San Benito, obrador de
maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas.
¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu
mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un
modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y
filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los
afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos.
Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de
nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y
aliéntanos con tu dulce presencia.
Amén.
Oración para el Primer Día
¡Oh glorioso San Benito, que desde tu infancia reconociste la vanidad
del mundo y únicamente deseaste los bienes eternos! Alcánzanos un vivo
deseo del cielo y que recordemos frecuentemente a Dios nuestro último
fin, y hacia Él ordenemos toda nuestra vida para que en todo Él sea
glorificado! San Benito, ruega por nosotros. Tres Ave Marías.
Oración final
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para
nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que
nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la
multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega
por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas las gracias
que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por
la cual te hacemos esta novena, (hacer la petición) que sea para gloria
de Dios y santificación de nuestras almas. Amén.
San Benito, ruega por nosotros.
Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Sí te gustan los temas de estudio Bíblico, te recomiendo el Cuaderno Lectio Divina:
Es una herramienta diseñada para ayudarte a profundizar en la práctica de una antigua forma de oración y meditación sobre las Sagradas Escrituras. Cada ficha te guiará a través de las cuatro etapas tradicionales. Ideal para ti o de regalo

Segundo Día
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios
nuestro
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Señor, ten piedad de mí, que soy pecador.
Por
intercesión de San Benito, modelo de penitencia y humildad, concédeme un
corazón contrito y confiado, el deseo de conversión sincera, y la gracia
de comenzar de nuevo bajo tu mirada.
Amén.
Oración para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso padre San Benito, obrador de
maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas.
¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu
mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un
modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y
filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los
afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos.
Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de
nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y
aliéntanos con tu dulce presencia.
Amén.
Oración para el Segundo Día
¡Oh glorioso San Benito, humilde de corazón, que supiste desdeñar las alabanzas de los hombres! Alcánzanos la humildad, tú que amaste a Dios sobre todas las cosas y le entregaste sin reserva tu corazón, consíguenos también el amor de Dios. San Benito, ruega por nosotros. Tres Ave Marías.
Oración final
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para
nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que
nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la
multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega
por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas las gracias
que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por
la cual te hacemos esta novena, (hacer la petición) que sea para gloria
de Dios y santificación de nuestras almas. Amén.
San Benito, ruega por nosotros.
Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Cuaderno Soy Cursillista, Corazón Mariano:
Es un cuaderno con diseño especial para los miembros del Movimiento de Cursillos de Cristiandad o los participantes del cursillo. Tener el cuaderno SOY CURSILLISTA, CORAZÓN MARIANO es de utilidad para registrar la información del cursillo o de la escuela de dirigentes, con una temática especial Mariana.
Tercer Día
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios
nuestro
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Señor, ten piedad de mí, que soy pecador.
Por
intercesión de San Benito, modelo de penitencia y humildad, concédeme un
corazón contrito y confiado, el deseo de conversión sincera, y la gracia
de comenzar de nuevo bajo tu mirada.
Amén.
Oración para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso padre San Benito, obrador de
maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas.
¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu
mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un
modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y
filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los
afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos.
Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de
nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y
aliéntanos con tu dulce presencia.
Amén.
Oración para el Tercer Día
Oh glorioso San Benito, que consagraste tus labios a la oración y cantaste noche y día las alabanzas divinas! Alcánzanos el espíritu de oración, tú, que cual lirio entre espinas, guardaste una castidad angelical por medio de la humildad, de la vigilancia contínua, de la oración y de la mortificación de los sentidos, consíguenos el don de la pureza. San Benito, ruega por nosotros. Tres Ave Marías.
Oración final
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para
nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que
nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la
multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega
por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas las gracias
que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por
la cual te hacemos esta novena, (hacer la petición) que sea para gloria
de Dios y santificación de nuestras almas. Amén.
San Benito, ruega por nosotros.
Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Para las amantes de Mamá María:
Convierte la oración del Rosario en una experiencia interactiva, al unir la meditación con la escritura y el arte, te ayuda a concentrarte mejor, a orar con más profundidad y a encontrar consuelo en medio de las dificultades. Ideal para regalar o introducir a otros en esta práctica devocional.

Cuarto Día
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios
nuestro
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Señor, ten piedad de mí, que soy pecador.
Por
intercesión de San Benito, modelo de penitencia y humildad, concédeme un
corazón contrito y confiado, el deseo de conversión sincera, y la gracia
de comenzar de nuevo bajo tu mirada.
Amén.
Oración para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso padre San Benito, obrador de
maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas.
¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu
mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un
modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y
filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los
afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos.
Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de
nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y
aliéntanos con tu dulce presencia.
Amén.
Oración para el Cuarto Día
¡Oh glorioso San Benito, que venciste al demonio y triunfaste de sus engaños! Alcánzanos la gracia de resistir sus sugestiones y de huir de toda ocasión de pecado. Tú que enseñando una vida austera, de renuncia y trabajo, aborreciste la ociosidad, inspíranos amor al trabajo y a la abnegación de nosotros mismos para seguir a Cristo. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías
Oración final
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para
nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que
nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la
multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega
por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas las gracias
que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por
la cual te hacemos esta novena, (hacer la petición) que sea para gloria
de Dios y santificación de nuestras almas. Amén.
San Benito, ruega por nosotros.
Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Sí te gustan los temas de estudio Bíblico, te recomiendo el Cuaderno Lectio Divina:
Es una herramienta diseñada para ayudarte a profundizar en la práctica de una antigua forma de oración y meditación sobre las Sagradas Escrituras. Cada ficha te guiará a través de las cuatro etapas tradicionales. Ideal para ti o de regalo

Quinto Día
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios
nuestro
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Señor, ten piedad de mí, que soy pecador.
Por
intercesión de San Benito, modelo de penitencia y humildad, concédeme un
corazón contrito y confiado, el deseo de conversión sincera, y la gracia
de comenzar de nuevo bajo tu mirada.
Amén.
Oración para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso padre San Benito, obrador de
maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas.
¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu
mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un
modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y
filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los
afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos.
Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de
nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y
aliéntanos con tu dulce presencia.
Amén.
Oración para el Quinto Día
¡Oh glorioso San Benito, que amaste el silencio, y no abriste la boca jamás a palabras ligeras e impuras, a quejas, murmuraciones, y a juicios contra el amor al prójimo! Alcánzanos la gracia de no decir jamás palabras impuras, y contra la caridad, a perdonar de corazón y a guardar nuestra lengua de todo pecado. San Benito, ruega por nosotros. Tres Ave Marías
Oración final
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para
nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que
nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la
multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega
por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas las gracias
que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por
la cual te hacemos esta novena, (hacer la petición) que sea para gloria
de Dios y santificación de nuestras almas. Amén.
San Benito, ruega por nosotros.
Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Cuaderno Soy Cursillista, ¡Viviendo de Colores!
Es un cuaderno con diseño especial para los miembros del Movimiento de Cursillos de Cristiandad o los participantes del cursillo.

Sexto Día
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios
nuestro
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Señor, ten piedad de mí, que soy pecador.
Por
intercesión de San Benito, modelo de penitencia y humildad, concédeme un
corazón contrito y confiado, el deseo de conversión sincera, y la gracia
de comenzar de nuevo bajo tu mirada.
Amén.
Oración para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso padre San Benito, obrador de
maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas.
¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu
mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un
modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y
filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los
afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos.
Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de
nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y
aliéntanos con tu dulce presencia.
Amén.
Oración para el Sexto Día
¡Oh glorioso San Benito, que fuiste blanco de persecuciones y guardaste la paz de tu alma por medio de la dulzura y de la paciencia! Alcánzanos el don de la paciencia y la gracia de perdonar las ofensas, tú que perdonaste a los que atentaron contra tu vida y te expulsaron de tu país, y que misericordiosamente pediste al Señor les perdonara, llorando su ceguera y terrible fin. San Benito, ruega por nosotros. Tres Ave Marías.
Oración final
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para
nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que
nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la
multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega
por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas las gracias
que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por
la cual te hacemos esta novena, (hacer la petición) que sea para gloria
de Dios y santificación de nuestras almas. Amén.
San Benito, ruega por nosotros.
Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Para las amantes de Mamá María:
Convierte la oración del Rosario en una experiencia interactiva, al unir la meditación con la escritura y el arte, te ayuda a concentrarte mejor, a orar con más profundidad y a encontrar consuelo en medio de las dificultades. Ideal para regalar o introducir a otros en esta práctica devocional.

Séptimo Día
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios
nuestro
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Señor, ten piedad de mí, que soy pecador.
Por
intercesión de San Benito, modelo de penitencia y humildad, concédeme un
corazón contrito y confiado, el deseo de conversión sincera, y la gracia
de comenzar de nuevo bajo tu mirada.
Amén.
Oración para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso padre San Benito, obrador de
maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas.
¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu
mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un
modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y
filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los
afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos.
Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de
nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y
aliéntanos con tu dulce presencia.
Amén.
Oración para el Séptimo Día
¡Oh glorioso San Benito, que animado por un ardiente celo para asistir al prójimo en sus necesidades, instruiste a los ignorantes, socorriste a los pobres, curaste a los enfermos, resucitaste a los muertos, libraste a los cautivos del demonio y de sus pasiones, consolaste a los afligidos y convertiste a los pecadores! Consíguenos la gracia de amar al prójimo y de hacer con él las obras de misericordia. San Benito, ruega por nosotros. Tres Ave Marías.
Oración final
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para
nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que
nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la
multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega
por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas las gracias
que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por
la cual te hacemos esta novena, (hacer la petición) que sea para gloria
de Dios y santificación de nuestras almas. Amén.
San Benito, ruega por nosotros.
Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Cuaderno ESPIRITUAL, Dios de la Ternura
Orientado para las personas que están cursando los Talleres de Oración y Vida, Así realizar su práctica semanal de manera organizada y con entusiasmo.

Octavo Día
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios
nuestro
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Señor, ten piedad de mí, que soy pecador.
Por
intercesión de San Benito, modelo de penitencia y humildad, concédeme un
corazón contrito y confiado, el deseo de conversión sincera, y la gracia
de comenzar de nuevo bajo tu mirada.
Amén.
Oración para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso padre San Benito, obrador de
maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas.
¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu
mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un
modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y
filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los
afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos.
Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de
nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y
aliéntanos con tu dulce presencia.
Amén.
Oración para el Octavo Día
¡Oh glorioso San Benito, que inundaste de consuelo el corazón de tu hermana Santa Escolástica, llenándolo del amor de Dios y de las bienaventuranzas del cielo! Concédenos la gracia de santificar nuestros afectos mas queridos. San Benito, ruega por nosotros. Tres Ave Marías.
Oración final
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para
nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que
nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la
multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega
por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas las gracias
que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por
la cual te hacemos esta novena, (hacer la petición) que sea para gloria
de Dios y santificación de nuestras almas. Amén.
San Benito, ruega por nosotros.
Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
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Noveno Día
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios
nuestro
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Señor, ten piedad de mí, que soy pecador.
Por
intercesión de San Benito, modelo de penitencia y humildad, concédeme un
corazón contrito y confiado, el deseo de conversión sincera, y la gracia
de comenzar de nuevo bajo tu mirada.
Amén.
Oración para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso padre San Benito, obrador de
maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas.
¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu
mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un
modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y
filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los
afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos.
Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de
nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y
aliéntanos con tu dulce presencia.
Amén.
Oración para el Noveno Día
¡Oh glorioso San Benito, cuya alma en tu dichosa muerte, fue elevada al cielo en medio de ángeles y santos, siendo consolados tus discípulos por la revelación de tu gloria! Concédenos del Señor, la gracia de la perseverancia final, de una buena muerte, y de tu asistencia e intercesión en nuestro último día. San Benito, ruega por nosotros. Tres Ave Marías.
Oración final
¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para
nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que
nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la
multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega
por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas las gracias
que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por
la cual te hacemos esta novena, (hacer la petición) que sea para gloria
de Dios y santificación de nuestras almas. Amén.
San Benito, ruega por nosotros.
Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Para las amantes de Mamá María:
Convierte la oración del Rosario en una experiencia interactiva, al unir la meditación con la escritura y el arte, te ayuda a concentrarte mejor, a orar con más profundidad y a encontrar consuelo en medio de las dificultades. Ideal para regalar o introducir a otros en esta práctica devocional.

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Medalla de San Benito
Origen de la Medalla de San Benito
Para los primeros cristianos, la cruz era un símbolo favorito y una insignia de su fe en Cristo. Por los escritos de San Gregorio Magno (540-604), sabemos que San Benito tenía una profunda fe en la Cruz y obraba milagros con la señal de la cruz. Esta fe y especial devoción a la Cruz se transmitió a las generaciones posteriores de benedictinos. La devoción a la Cruz de Cristo también dio lugar a la acuñación de medallas que llevaban la imagen de San Benito sosteniendo una cruz en alto en su mano derecha y su Regla para los Monasterios en la otra mano. Por lo tanto, la Cruz siempre ha estado estrechamente asociada con la Medalla de San Benito, a la que a menudo se hace referencia como la Medalla-Cruz de San Benito. Con el paso del tiempo se fueron añadiendo otras cosas, como la petición en latín al margen de la medalla, pidiendo que con la presencia de San Benito seamos fortalecidos en la hora de la muerte. No sabemos exactamente cuándo se acuñó la primera medalla de San Benito. En algún momento de la historia se colocaron una serie de letras mayúsculas alrededor de la gran figura de la cruz en el reverso de la medalla. Durante mucho tiempo se desconoció el significado de estas letras, pero en 1647 se encontró en la Abadía de Metten, en Baviera, un manuscrito que data del año 1415 y que explica el significado de las letras. Se trata de las letras iniciales de una oración latina de exorcismo contra Satanás.
La Medalla Jubilar de Montecassino
Las características antes mencionadas se incorporaron finalmente en una medalla de nuevo diseño acuñada en 1880 bajo la supervisión de los monjes de Montecassino, Italia, para conmemorar el 1400 aniversario del nacimiento de San Benito. El diseño de esta medalla se produjo en la Archiabadía de San Martín, Beuron, Alemania, a pedido del prior de Montecassino, el reverendo Boniface Krug OSB (1838-1909). El prior Boniface fue originalmente un monje de la Archiabadía de San Vicente, Latrobe, Pensilvania, hasta que fue elegido prior y posteriormente archiabad de Montecassino. Desde entonces, la Medalla del Jubileo de 1880 ha demostrado ser más popular en todo el mundo cristiano que cualquier otra medalla acuñada en honor a San Benito.
Explicación del anverso de la Medalla
En las antiguas medallas aparece, rodeando la figura del santo, este
texto latino en frase entera:
Eius in óbitu nostro preséntia
muniámur.
“Que a la hora de nuestra muerte, nos proteja tu
presencia”.
En las medallas actuales, frecuentemente desaparece la
frase que es sustituida por esta:
Crux Sancti Patris Benedicti, o
todavía, más simplemente, por la inscripción:
Sanctus Benedictus.
Explicación del reverso de la Medalla
– En cada uno de los cuatro lados de la cruz:
C. S. P. B. Crux
Sancti Patris Benedicti.
Cruz del Santo Padre Benito
– En el palo vertical de la cruz:
C. S. S. M. L. Crux Sácra Sit
Mihi Lux.
Que la Santa Cruz sea mi luz
– En el palo horizontal de la cruz:
N. D. S. M. D. Non Dráco Sit
Mihi Dux.
Que el demonio no sea mi jefe
– En el círculo, empezando por la parte superior, en el sentido del
reloj:
V. R. S. Vade Retro Satána.
Aléjate Satanás
– N. S. M. V. Non Suáde Mihi Vána.
No me aconsejes cosas
vanas
– S. M. Q. L. Sunt Mála Quae Libas.
Es malo lo que me
ofreces
– I. V. B. ípse Venéna Bíbas.
Bebe tú mismo tu veneno
En la parte superior, encima de la cruz suele aparecer unas veces la palabra PAX y en las más antiguas IESUS.
La Medalla de San Benito puede servir como un recordatorio constante de la necesidad de que tomemos nuestra cruz diariamente y “sigamos al verdadero Rey, Cristo nuestro Señor”, y así aprendamos “a participar de su reino celestial”, como nos insta San Benito en el Prólogo de su Regla.
El uso de cualquier artículo religioso tiene por objeto, recordarnos a Dios y despertar en nosotros la voluntad y el deseo de servir a Dios y al prójimo. No es considerado como un amuleto de buena suerte o un dispositivo mágico.
Bendición de la Medalla de San Benito
Las medallas de San Benito son sacramentales que pueden ser bendecidos legítimamente por cualquier sacerdote o diácono, no necesariamente por un benedictino (Instr., 26 de septiembre de 1964; Can. 1168). Opcional utilizar la siguiente fórmula:
Nuestra ayuda está en el nombre del Señor.
Quien hizo el cielo y la tierra.
En el nombre de Dios Padre + todopoderoso, que hizo el cielo y la tierra, los mares y todo lo que en ellos hay, exorcizo estas medallas contra el poder y los ataques del maligno. Que todos los que usen estas medallas devotamente sean bendecidos con salud de alma y cuerpo. En el nombre del Padre + todopoderoso, del Hijo + Jesucristo nuestro Señor, y del Espíritu Santo + Paráclito, y en el amor del mismo Señor Jesucristo que vendrá en el último día a juzgar a los vivos y a los muertos, y al mundo por el fuego.
Amén.
Oremos.
Dios todopoderoso, fuente inagotable de todos los bienes, te pedimos humildemente que, por intercesión de san Benito, derrames tus bendiciones sobre estas medallas. Que quienes las usen con devoción y se esfuercen en realizar buenas obras sean bendecidos por ti con la salud del alma y del cuerpo, la gracia de una vida santa y la remisión de la pena temporal debida por el pecado. Que también ellos, con la ayuda de tu amor misericordioso, resistan a la tentación del maligno y se esfuercen por practicar la verdadera caridad y la justicia hacia todos, para que un día puedan aparecer sin pecado y santos ante tus ojos. Esto te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Luego el clérigo rocía las medallas con agua bendita.
Permiso superior. Nada se interpone en el camino y Imprimátur, 24 1980 abril.
¿Dónde adquirir la medalla a San Benito?
Puedes adquirir la medalla de San Benito en tu tienda o librería católica más cercana, llevarla donde un sacerdote para que la bendiga y puedas conservarla como sacramental que te acompaña en tu camino de fe, fortaleciendo y aumentando tu amor a Dios. El 11 de Julio de cada año se celebra la memoria de San Benito, Abad. Este día puedes asistir a la santa Eucaristía y al final acercarte a que le den la bendición a tu medalla, es probable que ahí encuentres a otras personas que comparten contigo esta devoción tan antigua.
Aclaración Fraterna y general:
Las oraciones incluidas en este sitio web, pertenecen a la devoción tradicional católica y en su mayoría, han sido publicadas anteriormente con aprobación eclesiástica a lo largo de los dos mil años de tradición. Seleccionadas preferentemente, de autores que fallecieron hace 80 años o más. Reiteramos que cada publicación es de carácter pastoral e informativo.
"Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y conserven fielmente las tradiciones que aprendieron de nosotros, sea oralmente o por carta." 2 Tesalonicenses 2, 15