42. Delante de Tu Rostro, Señor
Te he buscado, Señor,
en la medida de mis capacidades
y el poder que Tú me diste,
empeñándome en comprender
con mi inteligencia lo que creía por la fe;
y disputé y me fatigué en demasía.
Señor y Dios mío, mi única esperanza,
óyeme para que no sucumba al desaliento
y deje de buscarte;
ansié siempre tu rostro con ardor.
Dame fuerzas para la búsqueda.
Tú que permitiste que te encontrara,
y me has dado esperanzas
de conocimiento más perfecto.
Ante Ti está mi firmeza y mi debilidad;
sana ésta, conserva aquélla.
Ante Ti está mi ciencia y mi ignorancia;
Si me abres, recibe al que entra,
y si me cierras la puerta,
abre al que insiste en llamar.
Haz que me acuerde de Ti,
te comprenda y te ame.
Acrecienta en mí estos dones
hasta mi entrega completa.
Amén.
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