59. Para Servir
Oh Cristo, para poder servirte mejor
dame un noble corazón.
Un corazón fuerte
para aspirar por los altos ideales
y no por opciones mediocres.
Un corazón generoso en el trabajo,
viendo en él no una imposición
sino una misión que me confías.
Un corazón grande en el sufrimiento,
siendo valiente soldado ante mi propia cruz
y sensible cireneo para la cruz de los demás.
Un corazón grande para con el mundo,
siendo comprensivo con sus fragilidades
pero inmune a sus máximas y seducciones.
Un corazón grande con los hombres,
leal y atento para con todos
pero especialmente servicial y dedicado
a los pequeños y humildes.
Un corazón nunca centrado sobre mí,
siempre apoyado en ti,
feliz de servirte y servir a mis hermanos,
¡oh, mi Señor!
todos los días de mi vida.
Amén.
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